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Ante las rabietas… Respirar hondo y abrir la mente.

By 23 noviembre, 2017mayo 13th, 2019No Comments

Está claro que, cuando un niño de 2 a 3 años sabe lo que quiere, lo quiere y lo quiere ya. Pero en ocasiones, estos pequeños proyectos de personitas aún no han desarrollado las habilidades suficientes como para expresar calmadamente sus deseos y entran en furia y llanto descompensado cuando no lo reciben. Y esto, casualmente suele ocurrir justo en el momento en el que peor le viene a papá o mamá darles lo que les están pidiendo; con lo que los nervios pueden incluso agravar la llantina.

Para los papis desesperados en intentar hacer entrar en razones a estos diminutos artistas del chantaje emocional, tenemos que decir: “¡Tranquilidad! tus peques no quieren hacerte la vida imposible”.

Ellos solo quieren conseguir lo que quieren; igual que los adultos. Solo que aún no han encontrado la manera de hacerse entender.

Si tu hijo se rebela contra algunos de tus límites, es no sólo una buena, lógica y saludable señal, sino que además está haciendo lo que le toca a su edad. Y es que, uno de sus procesos consiste en investigar este nuevo mundo al que han llegado y ellos no entienden que tengamos tantas normas para todo.

Entonces, ¿hay solución para las rabietas? ¿Cómo actuamos?

 

Detectar con lupa las señales.

Tú ya sabes en qué situaciones es más probable que pueda encenderse la bomba de relojería que camina un poco más abajo de tu cintura… Investiga sus gestos, porque hasta la dinamita necesita una mecha antes de estallar. 😉

 

Ponte en sus zapatitos.

El mágico mundo de los niños tiene su propio código y donde nosotros vemos un charco ellos ven una piscina en la que poder meterse a manifestar su libertad.

 

Vuélvete un junco.

Querido papá, ¿seguro que todas esas normas son importantes, y es vital cumplirlas a rajatabla? ¡Sí! a unos mínimos que garanticen la seguridad, el respeto y la convivencia. Pero probablemente, queridos progenitores, podáis revisar algunas de esas reglas y ser más flexibles para darles margen para experimentar y abrir sus cerebritos.

 

Acércate a su lenguaje.

Trata, lo antes posible de hacerle expresar su ira, su negación o descuerdo con símbolos, gestos, palabras o dibujos; cuanto más se comunique, más fácil le resultará en el futuro manejar sus frustraciones.

 

Una elección vale más que un Sí o Sí.

Cuando las circunstancias hacen que los peques se vean obligados a “pasar por nuestro aro”, es de gran ayuda ofrecer opciones dentro de las posibilidades, para que, en lo posible, ellos puedan elegir. Esto les empodera y calma sus ansias de salirse con la suya, porque al fin y al cabo, la elección sí les pertenece.

En Velarte confiamos plenamente en los futuros adultos que tenéis en vuestras manos y animamos a los papis y cuidadores del mundo a practicar estos consejos para crear personas que el día de mañana no transformen su rabieta en ira, y sí en alegría. 🙂