Trabajar sentados, picar más de lo debido por estrés, comer de cara al ordenador, tener poco tiempo libre para hacer deporte –y pocas ganas, para qué engañarnos- y muchas horas en la misma postura…, suelen ser algunas de las razones de peso que acaban fomentando el sedentarismo. Y una cosa que lleva a la otra, y la báscula que no perdona y acabamos despertando un día pensando en que tal vez, ya no nos gustamos tanto como antes o sencillamente: que podríamos gustarnos más.
¿Por qué no poner remedio a algo que nos acaba minando la moral y la salud? Digamos adiós a la vagancia y comencemos con pequeños pasitos, tan pequeños que ni notaremos que los estamos haciendo pero que poco a poco, nos cambiarán tanto por dentro como por fuera.
1- Trata de no incluir en tu dieta más calorías de las que vayas a gastar. Intenta reducir el consumo de alimentos como dulces, fritos, bebidas azucaradas. En cambio, apuesta por los snacks saludables -como por ejemplo unas Velarte– , leche desnatada, café a ser posible descafeinado, infusiones y -apunta en mayúsculas- agua, mucha agua: te ayudará a drenar y te mantendrá hidratad@.
2- Aunque estés sentad@ en tu trabajo, intenta dar un breve paseo cada hora. No necesitas más de cinco minutos cada vez para activarte. Alarga ese momento de ir a prepararte un café o de ir al baño: tu cuerpo lo agradecerá.
3- ¿Creías que no podrías hacer abdominales desde tu silla? Error: Sí se puede; con los ejercicios isométricos es pan comido. Es tan sencillo como inclinar la pelvis durante diez segundos hacia adelante mientras contraes el vientre. Repítelo varias veces controlando la postura y te ayudará a tonificar y a fortalecer el abdomen. Los resultados irán llegando -a base de esfuerzo- por sí solos.
4- ¿Notas las piernas cansadas? ¿Cada vez te da más pereza caminar? Es uno de los síntomas del sedentarismo, que cuanto menos hacemos menos queremos hacer. Te recomendamos el siguiente ejercicio: Eleva o inclina las piernas hacia delante alternándolas. Sencillo y eficaz.
5- Estírate como si quisieras alcanzar el cielo con las manos. Júntalas y estírate con los brazos hacia arriba. Te ayudará a estirar la espalda y de esa forma, a reducir los dolores de espalda. Quien haya hecho Pilates (o haga) sabrá lo bueno que es ese ejercicio.
6- ¿Glúteos fofos? Nunca más. Contráelos junto con los muslos durante 10 segundos lo máximo que puedas, relájalos y vuelta a empezar. Hasta sentad@s podemos tener los glúteos bien puestos, hacednos caso 🙂
Esperamos que os sean de mucha ayuda nuestros consejos y que logréis decir adiós al sedentarismo, pero sobre todo, que os sintáis bien con vosotros mismos (y cada vez mejor).
¡Feliz semana!