Cada vez estamos más preocupados por la sostenibilidad por lo que hemos incorporado en nuestro día a día pequeñas acciones que nos benefician a todos como reciclar o movernos en transporte público. Pero en los últimos años, cada vez más gente cambia su dieta por la Plant Based.
¿En qué consiste la dieta Plant Based?
Fácil, se resume en consumir solamente alimentos de origen vegetal. Existen diferentes estilos de dietas, pero las más comunes son la vegetariana y la vegana. La diferencia es que la primera excluye la carne animal, mientras que la segunda elimina cualquier producto de origen animal, como la miel, el huevo o la leche.
Además, existe otro tipo de dieta Plant Based, en el que sí se consume carne pero de forma mucho más reducida. El alimento principal de cada receta será un vegetal, legumbre o cereal y se introduce la carne o el pescado como guarnición.
¿Qué beneficios aporta una dieta Plant Based?
Limpia el planeta. Reduciendo el consumo y la compra de productos cárnicos ayudamos a minimizar nuestro impacto ambiental, reduciendo la huella de carbono de forma considerable.
Este tipo de dieta no solo es buena para el planeta, sino que además mejora la salud de aquellos que la consumen. Es ideal para prevenir patologías, pues equilibra los marcadores de inflamación, glucosa, colesterol o triglicéridos.
Pese a que muchas personas piensan lo contrario, es una dieta 100% apta para deportistas. De hecho, tiene beneficios que ayudan a realizar actividad física como la mejora del flujo sanguíneo y la función cardiaca. Hoy en día son muchos los deportistas profesionales que siguen esta dieta como Novak Djokovic, Lewis Hamilton o Venus y Serena Williams.
¿Cómo iniciarte en esta dieta?
Al empezar a seguir esta dieta muchas veces no sabemos qué cantidades de cada tipo de alimento debemos consumir. Por ello, un truco que nunca falla es el Plato Saludable de Harvard.
Este consiste en llenar un plato llano con diferentes alimentos para controlar las cantidades. Para empezar dividimos el plato en dos, y llenamos una mitad con las verduras que queramos consumir. La otra mitad la dividimos en dos cuartos, el primero destinado a los cereales y tubérculos, el segundo para acompañamiento como carne, pescado, legumbres o huevo.
Seguir esta metodología te ayudará a comer variado y equilibrado, además visualmente es mucho más fácil saber qué comemos.